Todos tenemos un gran poder creativo, a veces más evidente y a veces más oculto, pero siempre existe. Está en cada uno de nosotros, sólo hay que despertarlo. Podemos utilizar la técnica de brainstorming en ámbitos diferentes, desde la resolución de un problema en el que estamos atascados hasta la ideación de un nuevo producto o funcionalidad. Es una técnica que puede utilizarse en sesiones de Inception o Design Thinking.

Esta técnica es muy poderosa, pero muchas veces cuesta arrancarla. La ventaja es que una vez que empieza, es difícil parar. Lo mejor es abordar este ejercicio en grupo, porque la creatividad se contagia y, a menudo, la suma de ideas genera más ideas de forma exponencial. La sesión se estructura como se explica a continuación y parte de una pregunta ya existente que se va a trabajar. Solemos enfrentarnos a una sesión de brainstorming después de una sesión de empatía y detección de las necesidades del usuario. Es importante hacer hincapié y profundizar en las necesidades reales y no en lo que el usuario cree que quiere. Es importante formular la pregunta adecuada. Citando a Henry Ford: “Si le hubiera preguntado a la gente qué quería, me hubiesen dicho que caballos más rápidos”. Sería mejor cuestionarse: “El usuario necesita reducir el tiempo de sus trayectos, ¿cómo podría hacerlo?”.  

Fase 1: Preparar nuestra mente

Esta primera fase es opcional, pero recomendable. Se comienza por preparar al equipo, abriendo la mente de todos los participantes con algún icebreaker que, además de conectarlos entre ellos y llevar su mente a la sesión, ponga en funcionamiento el hemisferio creativo de su cerebro, que es el derecho. Por ejemplo, les hacemos coger un objeto y pensar en cómo lo utilizarían si estuvieran en una isla desierta. Quizás un plato sea un buen sombrero o con un pendiente puedas hacer un anzuelo, ¿no?. 

Fase  2: Divergencia

Empezamos el ejercicio de ideación. Podemos optar por utilizar herramientas colaborativas digitales como Miro o Mural o material físico como post-it, rotuladores o Lego Serious Play. Hay que entender, en primer lugar, que las ideas no tienen que tener sentido sino que constituyen una poderosa raíz que se va ramificando y de donde van surgiendo nuevas ideas. El objetivo es generar pensamiento divergente para que emerjan muchas ideas, que serán la propia inspiración de la solución. Para ello hay una serie de criterios que se deben cumplir:

  • Cualquier idea, por loca o inverosímil que sea, será bienvenida. De hecho, ¡es mejor que sea así!. ¿Acaso poder viajar a la Luna no fue una locura imposible en algún momento?. De las ideas más imposibles surgen las mejores realidades.
  • No juzgues. Es importante que todos los participantes tengan su mente abierta para crear y para escuchar. Tenemos que dejar a un lado la vergüenza, el miedo a equivocarnos y el sentido del absurdo.
  • Sé visual. Realizando o tratando de entender un dibujo, surgen nuevas ideas. Además, cuando tengamos que revisarlas para seleccionar algunas, será más fácil. También podemos usar Lego Serious Play u otros objetos para dar forma y compartir nuestra idea.
  • Construye sobre otras ideas, porque eso es una nueva idea que aumenta las posibilidades de llegar a la solución. Si un participante comenta su idea, seguro que otro puede añadir algo sobre ella. No importa si la mejora o empeora, ¡es una nueva idea! 
  • Céntrate en el problema u objetivo que estás intentando resolver o alcanzar. Está bien divagar, pero siempre en torno al objetivo del que se trate. Muchas veces surgen ideas que nos llevan por otro camino y podemos acabar hablando de otro tema. Se debe permitir divagar, pero siempre teniendo presente el objetivo, sin desviarse de él.
  • Escucha a los demás y ten sólo una conversación a la vez. Si no, estaremos limitando la creatividad de otra persona y esa capacidad de contagiarse unos a otros. Además, dejaremos de ser un equipo. Si sientes que tienes una buena idea que contar y no quieres que se te olvide, anótala en un post-it y compártela luego.
  • Buscamos generar cantidad de ideas, no la mejor idea. Cuantas más ideas, más inspiración, más oportunidades de experimentar y más oportunidades de éxito para encontrar esa gran idea o solución que buscamos.

Una ayuda en momentos de bloqueo, es hacerse preguntas como: ¿y si no hubiera límite de dinero?, ¿y si no hubiera límite de tiempo?, ¿y si nos dejaran hacer lo que quisiéramos?, ¿y si no hubiera riesgos?, ¿y si nada fuera imposible?. Recordemos de nuevo la célebre frase de Henry Ford: “¿acaso no fue una locura inconcebible inventar una máquina que sustituyera los caballos y carruajes?”.

Fase 3: Convergencia

Después del ejercicio  de brainstorming, llega el momento de converger y elegir dos o tres ideas para trabajar sobre ellas, prototipar y experimentar. Hay que tener en cuenta que, cuando convergemos y seleccionamos cada una de estas ideas, estamos abriéndonos a nuevas preguntas que surgirán en torno a ellas. De hecho, podemos iterar sobre cada una de estas ideas y volver a divergir para indagar en ellas y desarrollar otras nuevas. 

Para seleccionar las ideas podemos votar, agruparlas o juntar dos ideas en una. Después, debemos identificar las ideas clave y conversar sobre qué ideas llevar a cabo y cómo hacerlo. En este momento de convergencia sí nos permitimos juzgar la idea y ayudarnos de nuestra intuición, teniendo empatía con los usuarios y las necesidades que queremos resolver y observando cada idea con una visión más realista, ¿se puede implementar?. 

¿Repetimos?

Por último, como comentábamos, podemos iterar y volver a hacer las etapas de divergir (fase 2) y converger (fase 3) con las ideas más votadas en la fase de convergencia para seguir refinándolas.

El brainstorming puede asustar y no es tan sencillo como plantear un problema y preguntarse en frío: ¿cómo podemos solucionarlo?. Con todos estos consejos podemos lograr una sesión muy provechosa pero, ante todo, confiemos en la creatividad que todos tenemos y en el contagio de la misma a lo largo de la sesión. Como decíamos antes, una vez que empiezan a surgir ideas, ¡es difícil parar!

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Agile Practitioner at Keepler. "I love working as a team and each person contributing their bit to achieve the best solution. There is no successful company culture that does not focus on people."

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