En un mundo en constante cambio, donde la innovación y la adaptabilidad son cruciales, Agile sigue siendo fundamental en la organización empresarial, la formación de equipos y la entrega de valor a los clientes. El año 2024 marca un nuevo capítulo en esta trayectoria, destacando la importancia de la colaboración, eficiencia, crecimiento y mejora de la cadena de valor para fortalecer la relación con los clientes.
En Keepler, consideramos Agile un elemento clave en la mejora de la entrega de valor. Esto requiere una participación integral de toda la organización, un apoyo decisivo a nivel corporativo, un enfoque holístico que trascienda el mero delivery y el uso de métricas objetivas para guiar la toma de decisiones, minimizando sesgos subjetivos.
Agilidad empresarial como vertebrador
La agilidad empresarial, entendida como un método que impregne todas las actividades y áreas de la empresa, representa una amalgama de flexibilidad, adaptabilidad y respuesta proactiva a los cambios del mercado. Este marco debe ser patrocinado por la alta dirección y ejecutado por todos los ámbitos de responsabilidad. Por ello, un enfoque híbrido entre una perspectiva bottom-up o top-down, es el más efectivo, dado que aprovecha la visión estratégica junto con la innovación que florece desde las áreas de ejecución. La necesidad de apoyar este enfoque continuará en 2024 para acompañar a las iniciativas de un liderazgo que apoye ese enfoque.
La clave del éxito reside en la capacidad de adaptación ante los cambios inesperados, ante las situaciones no deseadas o imprevistas. Esto permite estructuras anti-frágiles que no evitan el desastre o lo prevén, sino que generan patrones que los hacen resistentes ante la adversidad.
La agilidad empresarial impacta en todas las áreas de una compañía y vertebra desde Marketing hasta Finanzas o Personas. Un modelo ágil implementado en la selección de personal, eficiencia el proceso, lo acelera y mejora la calidad de los candidatos. En 2024 veremos cada vez más, áreas o departamentos beneficiados de este modelo en su desarrollo y toma de decisiones.
La cultura organización es el tono que se percibe en una empresa y que es único para cada una de ellas, no solo debe impulsar la agilidad, sino, además, reflejarla. Una estructura flexible, como la que propone Keepler, no puede replicarse, dado que la experiencia no es transferible, pero sí es posible aprender de su modelo de colaboración iterativa y un modelo de competencias basado en responsabilidades y roles.
Gestión del value-stream
El desarrollo de un flujo de value-stream es crucial para mejorar la colaboración en equipos y comprender tanto objetivos individuales como generales. Gestión eficaz de value-stream acorta el tiempo de flujo total, reduce el time-to-market, mejora la calidad del producto, involucra a todos en la cadena de valor, reduce ineficiencias y costos, y promueve la mejora continua. Un value-stream bien gestionado permite identificar dónde se crea y bloquea valor y dónde hacer mejoras. Implica evaluar el estado actual, identificar desafíos, definir el estado deseado, eliminar desperdicios y desarrollar un plan de acción para el futuro.
Este plan debe ser flexible y actualizarse con nueva información. Los agilistas deben convertirse en arquitectos, diseñando frameworks personalizados para adaptarse a las necesidades del equipo y la organización. Se trata de construir patrones aplicables a diferentes equipos, seleccionando prácticas y elementos útiles. El enfoque de unFix, creado en 2022 por Jürgen Appelo, que se ha convertido en una tendencia inmediata ya que recoge patrones de herramientas y prácticas probadas con éxito históricamente, resultará muy útil en 2024 para aproximaciones como ésta porque además ofrece tipologías de equipo para adaptarse a las necesidades y maximizar el valor entregado.
La actualización continua de conocimientos es crucial. Formaciones como unFix o gestión de productos deben combinarse para responder a necesidades cambiantes, seleccionando componentes adecuados para un framework y gestionando el value-stream. La formación continua debe ser impulsada por la curiosidad individual y apoyada por talleres de innovación en entornos seguros, con un sistema de feedback continuo para compartir experiencias y aprender.
Integrar la formación con planes estratégicos permite a los empleados adaptarse a mercados cambiantes. Establecer formaciones dentro de la cadena de value-stream de la compañía, como unFix y gestión de productos, crea un itinerario de aprendizaje en paralelo con los hitos clave de la gestión de valor. Durante 2024 continuará el impulso decisivo a frameworks no dogmáticos que permitan la integración de aquellas piezas que resulten más relevantes dependiendo del contexto empresarial.
Toma de decisiones Data-Driven con soporte de IA
La toma de decisiones basada en datos, o data-driven, es una tendencia clave en el ámbito empresarial que consiste en integrar el análisis de datos en el proceso de toma de decisiones. Esta metodología se adapta según el área y tipo de decisión, reduciendo la subjetividad y fomentando decisiones informadas.
En Keepler enfatizamos el uso de datos para mejorar la toma de decisiones en la cadena de valor y en la entrega a clientes, apoyados por una estructura empresarial que promueve un enfoque ágil. La utilización de datos objetivos y verificables reemplaza la intuición y experiencia pasada. Un factor crucial es la calidad de los datos, que deben ser manejados por los equipos que los generan y utilizados para mejorar continuamente el proceso de toma de decisiones en sus respectivos ámbitos. La adopción de herramientas de business intelligence que fomenten la colaboración entre áreas es vital para democratizar y mejorar el proceso de toma de decisiones informado.
Como es lógico, la omnipresencia de la IA es un factor insoslayable que cambiará por completo el modo en el que se interpreta la toma de decisiones:
- Procesa y analiza ingentes cantidades de datos, identifica patrones y tendencias que podrían pasar desapercibidos de otra manera.
- Predice tendencias y resultados potenciales y así poder tomar decisiones basadas en ellas y no solo en un histórico acumulado.
- Utiliza algoritmos y modelos, estando libre de cualquier sesgo humano que pudiera comprometer la objetividad en el proceso de toma de decisiones.
- Realiza recomendaciones en tiempo real, con datos que se generen en vivo, para responder bajo diferentes escenarios a las condiciones cambiantes que se presentan, ya que puede utilizar los datos para personalizar y segmentar parcelas de mercado e interpretar acertadamente las necesidades de los clientes de forma más eficaz y mejorar, así, la efectividad de las estrategias de una organización.
En 2024, Agile puede adquirir mucha más relevancia y flexibilidad y aportar más valor a todos los niveles (empresariales o de desarrollo de productos) desde el comienzo al final de esa cadena de valor, al incorporar el concepto de arquitectura de frameworks y situando los datos en el centro de la toma de decisiones.
Por lo tanto, y como hemos tenido ocasión de comprobar, para 2024 consideramos extraordinariamente relevantes cuatro pilares que son, en realidad, diferentes secciones de una pirámide escalonada:
- Orientación a la mejora del value-stream estirándose desde el principio y hasta el final de esa cadena de valor.
- Situar los datos en el centro de la toma de decisiones para incidir allí donde sea relevante.
- Convertir a los agilistas en arquitectos de frameworks, adaptados a las necesidades de cada equipo, área o compañía.
- Impregnar del espíritu Agile todos los ámbitos de la empresa como hilo conductor.
Con estos cuatro pilares podríamos concentrar los esfuerzos que las empresas deben hacer para buscar la satisfacción de sus clientes en un entorno cada vez más competitivo y voraz.
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Imagen: Unsplash | Natalie Pedigo




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