Hace unos meses dando una conferencia me hacían una de las preguntas más incómodas pero más sencillas de responder desde que volví a colgarme el traje de consultor: «Moisés, ¿podrías decirnos qué beneficios trae el gobierno del dato?»
Mi respuesta, clara y contundente: «En sí mismo, ninguno. El gobierno del dato no tiene valor en sí mismo, no es un objetivo, no es un fin, es un medio». Y meses más tarde sigo teniendo la misma opinión, cosa que no quite que siga creyendo que sin ser un ‘fruto’ en sí mismo, es fundamental sembrar su semilla en la organización (y cuanto antes, mejor).
En otro post anterior, en el que jugábamos a relacionar las 4 capacidades clave del negocio digital según GARTNER (personas, procesos, datos, tecnología) como 4 diferentes palancas para conseguir eficiencia operacional, vamos a hacer un pequeño doble click en la palanca de DATOS. El Gobierno del dato no es una iniciativa per sé dentro de la palanca DATOS, es un programa. Programa que, como hablaremos en otro momento, se puede descomponer en diferentes ‘piezas’ (iniciativas, actividades, fases) que sí irán capturando mejoras de eficiencia operacional. Es más un medio que un fin en sí mismo, es un habilitador de la mejora de la gestión del dato, que traerá retornos indirectos derivados tanto de la mejora de éste como de un cambio de mentalidad y un refuerzo cultural del dato como activo (que como tal, hay que cuidar).
Si enfocamos la cuestión desde un punto de vista ‘defensivo’, sin invertir en gobierno del dato se hace muy difícil conseguir una gestión del dato sostenible y escalable en el tiempo (por no decir imposible). La gestión del dato comprende desde el registro de los mismos a su transformación, compartición, uso y consumo. Un sin fin de procesos que involucran a muy diversos actores e interlocutores, con necesidad de coordinación y cooperación, ya que dependen los unos de los otros por su conocimiento e información. El gobierno del dato busca implantar una estructura de responsabilidad para con el mismo, haciendo posible identificar aquellos que son ‘responsables’ del dato, para su consulta, aprobación y apoyo en los diferentes requerimientos que se tengan del mismo en el desempeño de sus funciones en el día a día de la organización. Sin gobierno del dato no será posible una una mejor gestión del dato, por lo que no capturaremos eficiencias por esta palanca.
Desde un plano más ‘ofensivo’ (pensando más allá de la mera eficiencia de las operaciones actuales), sin gobierno del dato no habrá calidad del dato (que, como también hablaremos más adelante, es el principal KPI para monitorear una mejora cuantitativa del mismo). Y sin calidad del dato, no habrá un aumento en el valor del dato (uno de los temas de más interés y actualidad hoy día, ya que todavía no hay regulaciones ni normativas establecidas que ayuden a cuantificar el valor del dato, pero – casi – toda la bibliografía* que hay sobre éste, usa métricas de calidad del dato como parte de su formulación de cálculo). Pero esto también lo dejaremos para más adelante (se acumulan los to-dos…).
No hace mucho, en conversaciones con una gran compañía manufacturera española, la cual tenía como uno de los principales objetivos anuales mejorar la eficiencia operacional, nos hablaron de que a su vez tenían una ‘iniciativa de implantar gobierno del dato’ para precisamente conseguir eficiencias. Entrando en materia, observamos que las expectativas (muy importante alinearlas, siempre) eran que el gobierno del dato en sí traería eficiencias (como si fuese un fin en sí mismo). El enfoque que se le estaba dando era el de un proyecto (no el de un Programa), mirando en encontrar retornos en el corto plazo (no en LP) y sin considerar implicancias fundamentales tales como un cambio de mindset hacia el concepto de dato como activo ni un cambio cultural hacia la responsabilidad del dato. En este caso fueron las prisas (?), la falta de perspectiva y entendimiento de cómo el gobierno del dato es un habilitador, no un valor en sí mismo, para la captura de eficiencias de la palanca del DATO lo que impidió un despliegue ordenado y orientado al éxito en el largo plazo de un Programa de Gobierno del dato como cimentación de dicha palanca y precursora de iniciativas de alto impacto y captura de eficiencias a través de una mejor gestión del dato. De éstas hablaremos en otro artículo.
Efectivamente, iniciar el despliegue del Gobierno del dato traerá consigo eficiencias derivadas de una mejor gestión del mismo, pero es un camino largo, no inmediato, y dichas eficiencias vendrán como derivadas de iniciativas de la palanca DATOS, no por la implantación de un modelo de responsabilidad del dato en sí mismo.
*Lecturas recomendadas al respecto: INFONOMICS (Doug Laney), El valor del dato (Rafael Fdez, Javier Mtnez), Data Juice (Doug Laney), varios informes y lecturas de analistas reconocidos como FORRESTER o GARTNER.
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